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El Imparcial - Con C de Ciencia

El Imparcial: con C de Ciencia

Por Eltomash, redacción 12:00

Hoy estrenamos un nuevo espacio en El Imparcial. Es un pequeño artículo semanal de temática científica que supone un suplemento cultural para nuestro medio. Esta es una versión piloto que esperemos que os guste. Hoy tratamos el misterioso mundo de uno de los lípidos (esos grandes y temidos desconocidos) más importantes para nuestro organismo: los lípidos polares.

¿Lípido? Di grasa o aceite, ¡listillo!

Los lípidos son moléculas orgánicas compuestas fundamentalmente por carbono, hidrógeno y oxígeno. Además, algunos tipos de lípidos contienen azufre, nitrógeno y fósforo, lo que les confieren propiedades muy interesantes. Todos los lípidos, independientemente de su composición, tienen en común unas propiedades: que son menos densos que el agua, insolubles con ésta, pero solubles en disolventes orgánicos. Los lípidos son una mezcla heterogénea de biomoléculas. Una clasificación pormenorizada distingue entre lípidos saponificables e insaponificables. Los lípidos saponificables, a su vez, se clasifican en lípidos neutros (por su manifiesta apolaridad) y lípidos polares (cuya polaridad es mucho más elevada). Los lípidos polares, a su vez, están constituidos por glucolípidos y fosfolípidos.

¿Polares? ¿Son magnéticos?

Los lípidos polares son aquellas moléculas que poseen un grupo funcional polar, que se erige como cabeza de la molécula; y que tiene como otro extremo un ácido graso de naturaleza apolar. Los fosfolípidos (PL) y glucolípidos (GL) son por ello un tipo de lípidos con una polaridad sustancialmente mayor que los lípidos neutros, con un marcado carácter anfifílico. Ayudan en la formación de micelas (como la mayonesa).

Son interesantes porque la mayoría de los ácidos grasos fundamentales, como el EPA y el DHA, se absorben 10 veces mejor con lípidos polares que con acilgliceroles (aceites y grasas). Por lo que, si los nutracéuticos (suplementos alimenticios) se administran en forma de lípidos polares no estarás tirando tanto el dinero. O, por lo menos, 10 veces menos.

¿EPA? ¿DHA?

¿Te acuerdas de leche Puleva enriquecida con DHA? Estos dos ácidos grasos los producen las algas en el mar y los pececitos se las comen. Almacenan ese EPA y DHA y luego tú te lo comes.

El EPA y el DHA participan en:

  • Mejorar la musculatura y la regeneración de las fibras.
  • Protegen las articulaciones e inhiben la inflamación.
  • Participan en la mejora de la salud cardiovascular y evitan la arterioesclerosis.
  • Son fundamentales para la visión humana.
  • Forman parte de la estructura lipídica de las neuronas.

Importante: si tienes un bebé necesita comer mucho pescado, abajo te digo cuáles.

Bueno, ¿y dónde los encuentro?

Tienes que comer:

  • Sardinas (dos veces por semana, una en lata y otra frescas): ¡huelen muy mal, no me gustan! Te tienes que aguantar, al sardina es de los pocos pescados salvajes del mediterráneo. No comas de piscifactoría, come del mar leñe.
  • Atún (dos o tres veces al mes, y no en lata, listillo): ¡Tiene mercurio, quieres matarme! No seas ridículo, los aportes superan los inconvenientes.
  • Bacalao (una vez por semana): imagino que con este no tiene problema.
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