[size=5][b]Oficina del Primer Ministro del Principado de Syldavia[/b][/size][/center]
[center][size=5][b][color=#00369b]~ D. Miguel Antonio del Castillo ~[/color][/b][/size][/center]
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[i]En este espacio se dará cuenta de la actividad diaria, entrevistas y otras cuestiones de actualidad[/i][/center]
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#[quote=Correspondencia urgente a/a del Príncipe][size=4]Su Alteza Real:
Ante los recientes acontecimientos ocurridos en la sede del Parlamento y protagonizados por el General von Heisenberg, en el que el susodicho ha alentado al pueblo contra la rebelión al Parlamento y al Gobierno, que reciben la legitimidad que emana de la Corona y han operado siempre con lealtad a la Nación y a la Corona, de acuerdo con la legalidad vigente, la voluntad de Su Alteza y los usos y las costumbres del Principado:
SOLICITO EN NOMBRE DEL GOBIERNO
Que con efecto inmediato destituya de su cargo al General Jairo von Heisenberg, y que convoque un Consejo de Guerra contra el mismo, acusado de alta traición y sedición.
Atentamente,
D. Miguel Antonio del Castillo
[i]Primer Ministro de Syldavia[/i][/size][/quote]
Las decisiones referentes al ejército relativas a puestos, consejos de guerras y demás ordenamientos militares corresponden a la capitanía general del mismo, siendo incompetente cualquier otro órgano.
El señor Jairo Von Heisenberg, además de militar es diputado, y como diputado tiene derecho a participar en la cámara así como a la manifestación.
Desaprobamos sus actos, pero no dejan de ser una pataleta motivada por las circunstancias recientes.
Estamos en los comienzos y usted como primer ministro, a quien recientemente Nos en persona hemos nombrado, debiera tener más altura de miras y buscar la concordia y la conciliación, y no contribuir a la crispación y al conflicto, pues viniendo de donde venimos, si no andamos con tiento, podría producirse una ruptura social conducente a una guerra civil.
La Capitanía General del Ejército, de forma consuetudinaria, la ostenta el Príncipe de Syldavia. Por tanto, vos sí sois competente para decidir sobre el puesto del General von Heisenberg.
Ha de ser dicho, además, que una cuestión es protestar y disentir, y otra muy distinta llamar a la rebelión popular y amenazar con la rebelión armada. No puedo tolerar, Su Alteza, que un militar, por muy diputado que pueda ser, cuestione la legitimidad del Parlamento y del Gobierno, más aún cuando tal General ya tiene un historial contrario a la voluntad nacional. ¿O acaso ha caído en el olvido cuando sus tropas pusieron en jaque a un Parlamento anterior?. No podremos progresar si no aceptamos que el Parlamento tiene plena capacidad para decidir, y esa mínima base de un Estado moderno no es algo que el General haya demostrado que esté dispuesto a asumir.
Por tanto, renuevo mi petición. Al menos, considere la degradación del General a un cargo sin tanto poder en la jerarquía militar. Como Primer Ministro, mi opinión es que no es razonable para la seguridad y el orden nacionales mantener a un individuo sedicioso al frente de nuestras tropas.
Sea valiente y cumpla con su deber para con la Patria. Estoy seguro que la Nación sabrá recompensar su compromiso.
Como veo que no queda clara mi primera misiva, se lo digo más claramente en esta otra.
Se está usted dejando llevar por su ideología y sus prejuicios. Con sus peticiones está usted ahondando en una brecha social muy peligrosa que nos puede llevar a una guerra civil.
Primeramente, el general Jairo estaba en coma cuando ocurrieron los lamentables hechos del parlamento, de los cuales no solo fue parte un sector del ejército, sino también de un sector de la población que optó por la violencia como medio para conseguir sus fines políticos.
En segundo lugar, lo que usted propone, además de estar fuera de sus competencias, supone agrandar el conflicto social y llevar al país una guerra civil.
El general Jairo no va a ser destituido.
El general Jairo va a seguir siendo diputado.
Yo hablaré personalmente con el general, le reprocharé su actitud y le exigiré, al igual que el exijo a vos, que esté a la altura del puesto y la confianza que se les ha otorgado.
Confío en que tanto él como vos, sean conscientes de la responsabilidad que ejercen, y sean valientes de encontrar puntos de concordia por el bien de Syldavia.
He de confesar no entender Su misiva, pues no me cabe en la cabeza que el Príncipe insinúe que la ideología de Su Primer Ministro es guerracivilista. Igualmente, me parece que Usted no ha comprendido que nunca he propuesto nada fuera de mis competencias, por todo cuanto he pedido atañe única y exclusivamente a las competencias de la Corona y ha sido, pues, una solicitud que de muy respetuosa y ordenada forma he trasladado a Su persona, compartiendo, además, el criterio del Presidente del Parlamento.
En cualquier caso, estoy dispuesto a rebajar mis pretensiones iniciales en aras de un mayor entendimiento entre la Nación, pues cierto es que es necesario para poder avanzar tras estos tiempos oscuros. No obstante, sigo considerando esta actuación del General Jairo, insinuando que el Parlamento y el Gobierno son ilegítimos, es un peligroso camino para el Estado, especialmente viniendo por parte de tan alto representante del Ejército.
Vuelvo a repetir que son dos cosas muy distintas expresar una opinión en un debate, aún discrepando completamente, que llamar contra el Parlamento y el Gobierno, dos instituciones básicas del Estado. Por llevarlo a un terreno, quizás más cercano, es la diferencia que existiría entre que Don Herminio de Oriente comente en un debate parlamentario que no cree que usted debiera ser Príncipe y que se dedique a proferir algaradas a las puertas de Palacio, llamando a Sus súbditos a la rebelión. Lo primero es una opinión política, extrema en exceso, pero pacífica e inocua, y lo segundo es delito de traición a la Corona y, por tanto, a la Patria.
De todas formas, como digo, en favor de rebajar la tensión pero aún así mostrar a Jairo von Heisenberg y a otros que no puede asumir un mandato de tan alta responsabilidad como el suyo un mero vociferador, modifico mi petición y solicito que se degrade, aún temporalmente, al General Jairo de su puesto de General por las graves acusaciones perpetradas y la voluntad sediciosa de su discurso a las masas.
Atentamente,
D. Miguel Antonio del Castillo
Primer Ministro del Principado de Syldavia[/size][/quote]
. @Chiribito
#cecuri convocó al jefe del estado mayor, para dar la que probablemente fuera su última orden: investigar con todos los medios disponibles el ataque violento y organizado contra los asistentes a un acto de campaña. Cómo apostilla, debería reportarse el informe tanto al gobierno cómo a S.A.R. y al jefe de la oposición.
Sin duda había motivaciones partidistas y había que procurar que la verdad llegara a ver la luz.
Tras zanjar el asunto, ambas figuras se estrecharon respetuosamente las manos y se despidieron.
Cecuri se quedó unos minutos más, guardando en su maletín el retrato de su esposa e hija, sonrientes, de cuando todavía tenían motivos para hacerlo.
Cando terminó de despedirse del personal, mandó al cochero llevarlo hasta la casa de campo, junto a su familia.