Se conoce que el Conde de Bajamar ha invitado a su primo el Duque de Miramar @Eltomash , recientemente nombrado Grande de POL, a unos dias de retiro deportivo en el coto de Bajamar, con el objetivo de celebrar el nombramiento, además de un majestuoso festín final, con más de 50 invitados de la nobleza local y vecina.
El Conde, convencido de la necesidad de trabajar por la mejora del Reino, trabajará junto al Duque para resolver los problemas de producción de la zona, tan interconectada con Miramar.
El Conde también ha sido recientemente nombrado Mariscal de la Orden de Horse, de la cual el Duque de Miramar ha sido nombrado Maestre. La mejora de la armada para resolver los problemas internos y externos sin duda será tratada durante las próximas jornadas.
La cosa parece tranquila en Bajamar y el Conde de Bajamar parece no haber montado mucho revuelo por el desencuentro con el Rey a raiz del Ducado expropiado. El Duque de Miramar tampoco ha comentado el hecho en ninguna de las recientes jornadas sociales. Los rumores de su intervención parecen haber muerto tan ràpido como ocurrieron.
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Gentilhombre de cámara: [i]Su Excelencia, ha llegado una invitación de su Excelencia, el Conde de Bajamar, su primo Carlos Byzantium de Poniente y Bribón, a un retiro deportivo en sus propiedades[/i]
Duque Eltomash: [i]Las cacerías de mi primo son extraordinarias, bellos y majestuosos animales traídos de todas partes del mundo soltados en libertad. Además de bellas cortesanas al ocaso. Ordeno preparar mis pertenencias para partir raudos y veloces a la llamada de mi primo.[/i]
Gentilhombre de cámara: [i]Es tradición llevar una ofrenda al Conde, cuando se va a su casa.[/i]
Duque Eltomash: [i]Menos mal que estás aquí para recordármelo. Apunta los siguientes presentes para mi primo y pide a una avanzadilla de cuatro caballeros que lo transporten a Bajamar antes de mi llegada, para que mi primo vea mi cariño:[/i]
El gentilhombre saca una libretita y apunta:
[quote] - Un ejemplar de las Sagradas Escrituras encuardernadas en piel de vaca, con páginas hechas de papiro egipcio y ornamentadas con piedras preciosas extraídas de las minas.
- Un poemario de uno de nuestros juglares más importantes, Cornualles.
- Un brazalete de la Trideidad para Dámaso, el hijo de mi primo.
- Huevas de esturión, de nuestros fríos y norteños ríos.[/quote]
Duque Eltomash: [i]Transmite a mi primo mi amor por él en una nota.[/i]
Mientras tanto, toda la Corte se prepara para partir hacia Bajamar.
Andaba el séquito del Duque Eltomash surcando el río hacia el Condado de Bajamar, y mientras el Duque miraba sus tierras vastas y fértiles, andaba comentando con su gentilhombre de cámara la jugada:
Duque Eltomash - [i]pues me ha sorprendido que mi primo me haya invitado de forma tan intempestiva. Siempre pensé que le caía mal; por aquello de que su padre, mi tío, que en paz descanse, me hubiere traído a su Corte [/i]
Gentilhombre de cámara - [i]en efecto, a mi también. [/i]
Duque Eltomash - [i]y vos que tenéis contacto con los espías ducales, ¿qué creéis que quiere? [/i]
Gentilhombre de cámara - [i] A Carlos le interesan tres cosas: el poder, el respeto de su padre y las doncellas. Andará escocido por no ser duque.[/i]
Duque Eltomash - [i]la Trideidad nos enseña a ser humildes. Yo fui conde antes que Duque [/i]
Gentilhombre de cámara - [i]pues sí, su Excelencia [/i]
Duque Eltomash - [i]yo voy dispuesto a todo si eso me beneficia. [/i]
Gentilhombre de cámara - [i]como debe ser, Excelencia, vos no le debéis nada a nadie, salvo a vuestro fallecido tío y al Arzobispo [/i]
Hace un día horrendo en Bajamar. Casi pareciera que Su Majestad hubiere desterrado aquí al pobre Carlos. Un día nublado, frío, húmedo. De esos que casi dan asco.
El Duque Eltomash se baja del Buque y su séquito comienza a descargar lo traído, además de los pasajeros. La tierra es agreste, el puerto ligeramente desolado. A lo lejos se ve un pueblo de color ocre, que parece tener algo más vida que el pueblo.
Duque Eltomash: [i]¿No ha venido mi primo a recibirme?[/i]
Séquito del Conde: [i]Su Excelencia, me disculpo en nombre de mi Señor. No ha podido venir por estar atendiendo sus obligaciones para con el Reino y sus dominios. Me excuso de antemano y le doy la bienvenida al Condado de Bajamar.[/i]
El Duque agradeció la invitación y mandó seguir al séquito hasta el coto del Conde.
#El Mayordomo Mayor de D. Carlos Byzantium, D. Kvothe de Horse, junto a un pequeño séquito, se presentó al Duque de Miramar en un pequeño centro de comercio conectado a la red de canales. Los condujo hasta Arbolada, una pequeña y antigua ciudad fortificada, la más sureña de todo el condado y más cercana al Coto de Caza que D. Carlos había considerado adecuado para la ocasión. Allí esperaba el Conde de Bajamar.
El Conde de Bajamar había dispuesto una no demasiado grande comitiva de bienvenida al gusto de la corte bribona, servicio que había mantenido pese a los intentos de su padre por deshacerlo.
Mientras llegaban, algunos vítores surgían entre los curiosos que se aproximaban. Era común que los señores locales declarasen el día libre o regalasen herramientas o víveres a los campesinos que acudían, para dar buena impresión a los grandes señores y así quedar a su servicio. Los campesinos en torno a Arbolada estaban muy agradecidos con la Casa de Bribón, que habían devuelto el abandonado territorio al imperio de la ley, rehecho algunos caminos principales y renovado las escasas defensas. El sur estaba muy poco protegido y habían sido abundantes los saqueos menores.
El Conde recibió al Duque formalmente ante las puertas del fuerte de Arbolada, junto a su Gentilhombre y el resto de prohombres de su séquito, a los que recibió personalmente entre formalidades. El Mayordomo D. Kvothe de Horse anunció a ambos servicios los planes planteados:
- Jornada de descanso del largo viaje del séquito ducal, incluyendo una cena informal ceremonial en pie.
- Jornada de cacería en el coto dispuesto, tras la que se tomarían las piezas cazadas en una celebración al gusto bribón.
- Media Jornada de viaje a la ciudad costera de Bauce, y descanso
- Jornada de celebración y majestuoso festín al gusto ponientí, con invitados de toda la región.
Una vez en el fuerte, el Conde hizo lo posible por tratar de forma informal y familiar pero respetuosa a su primo, el Duque, a quien respetaba por su buen respeto de la tradición bribona.
- ¿Como está, primo? No hace usted más que ascender en la corte. Poco de valor ha hecho nuestro Rey, pero las recomendaciones a usted sin duda han sido un acierto.
La conversación fue amena y el Conde sintió, quien sabe si erróneamente, que en los próximos días podría sentar confidencia con su primo. Ese era el objetivo de las jornadas, conocer el juicio del Duque en torno a los temas que le preocupaban. Conocer si el Duque se manifestaría un aliado, un observador o un obstáculo para las cuestiones que se planteaban necesarias a la luz de los hechos próximos.
#El Duque Eltomash había tenido una gran mañana de caza. D. Carlos y él había pasado la mañana en el Coto, a 20 kilómetros de la ciudad de Arbolada. Habían acudido junto a un par de jóvenes escuderos de la Casa de Horse, provistos por D. Carlos, quien en un tiempo reciente había dispuesto una gran confianza en los hombres de su hermanada Casa. El buen deporte y las presas cazadas no les habían permitido hablar demasiado, pero Carlos confiaba en que el buen ánimo del Duque serviría para los planes que tenía organizados.
Sin embargo, a su regreso pronto les recibieron sendas caras largas de sus más cercanos hombres de corte.
D. Theomore había apresado al Barón de Isla. El Rey estaba en camino, pero, mientras acudía, el barón se había escapado y preparado una rebelión declarada y de primer orden, tras matar a D. Sir de Fredonia..
La noticia se agravaba.
Hemos conocido que el Emérito de Bahía había organizado gran parte de la liberación y se había unido a la rebelión de D. Kendel. No era un secreto que el Emérito de Bahía tenía una estrechísima relación con D. Carlos: era poco menos que una guía personal (y espiritual, como muchos rumoreaban).
Curiosamente, ni Carlos ni el Duque Eltomash realizaron grandes comentarios. Acordaron preparar unos transportes marítimos seguros y movilizar a todos los Caballeros de la Orden de Horse que estuvieran ya dispuestos. Afortunadamente, muchos lo estaban debido a la celebración planeada.
Estaba claro que ambos primos querían verse en privado y decidir los próximos movimientos. La sutileza era necesaria. El barón de Isla era el asesino de su padre, pero el Rey había destruído su herencia, además de ser un completo inepto. El Duque Eltomash había sido beneficiado extensamente por el Rey en un comienzo, pero ahora vivía, como todos, ignorado por el monarca.
#El Duque Eltomash volvía de la cacería con su primo en el Coto, cuando su gentilhombre, profundamente descompuesto y pálido traía una carta de una paloma mensajera. Se acercó al Duque y, frente a él inmóvil y callado le dijo:
Gentilhombre: [i]Su Eminencia, tengo una mala nueva traída de Isla.[/i]
Duque Eltomash: [i]Hablad, por lo que más queráis, hablad. ¿Qué ha ocurrido en Isla?[/i]
Gentilhombre: [i]Creo que es mejor que lo lea usted mismo, Su Eminencia. En cualquier caso, lo lamento de corazón.[/i]
El Gentilhombre da la misiva al Duque:
[quote]Eminencia: su hijo ha sido asesinado en la horca por el ex Barón Kendel, que ha atacado la isla, tras haber sido liberado por su Trimarido. Fdo: un espía ducal.[/quote]
El Duque torció el gesto. Agachó la cabeza y comenzó a llorar. Su pequeñín, el pequeño @Sir en el que el Duque había depositado toda su confianza y amor había fallecido a manos del hijo salvaje de @kendel , un tal bradduk. Roto por el dolor tuvo que ser ayudado por sus gentilhombres y tuvieron que llevarle a su alcoba. Llamó presto a su primo, Carlos, para que acudiera a verle.
Mientras Carlos llegaba el Duque se puso echo una fiera en su alcoba. Comenzó a gritar:
[i]Mi único hijo asesinado por un vándalo, un seguidor del Kyrie. Mi pequeño, tan inocente, al que Su Majestad hubo dejado en Isla para que adquiriese experiencia para heredar mis títulos ha sido ahorcado por esos locos. Pero no fue sino mi Trimarido el que liberó al vándalo, que sin duda anda detrás del acto. Esta afrenta no puede quedar impune![/i]
