Lilo se había mudado al Condado cuando el Duque Eltomash había fallecido. Cuando llegaron los kidemonitas al Ducado, de la mano del Rey, el pequeño tuvo que hacer el petate y marchar. Allí, un chico que coqueteaba con la Trideidad no tenía mucho futuro, y decidió seguir a Eduardo Eltomash al Condado, a probar suerte.
Allí, lejos de su casi padre (el que lo hubo criado, el borrachín de Ciudad del Mar), recibió una carta de su parte, que decía:
[quote]Mi querido hijo (porque yo te siento así):
La razón por la que el Duque Eltomash te llevó a su palacio es porque eres fruto de una relación con una prostituta de Ciudad del Mar con él. Ahora que has alejado de mí y un galeno me ha detectado unas fiebres reumáticas, tenía que decírtelo.
Si no te vuelvo a ver, siempre te querré y he querido como un hijo.[/quote]
A lo que Lilo fue a hablar con su medio hermano, Eduardo. La relación entre ellos era buena porque se conocían de las fiestas palaciegas en Ciudad del Mar y se lo dijo directamente:
[i]¿Eduardo, somos medio hermanos?[/i]
A lo que Lilo recibió la buena nueva de que sí, de que era un Poniente-Bribón, pero que seguiría siendo bastardo pues su madre había muerto de sífilis y no quedaba nadie para demostrar tal hecho.
Lilo quedó destrozado. Pero para una creatura de la Trideidad, el camino está por venir.
Así que decidió entrar en el sacerdocio. De nuevo, escribió al Padre Ilyanes que le había rechazado:
[quote]Padre:
Quiero disculparme ante usted por haber escrito al Su Santidad, el Cigüeño Mayor, para que intercediera por mi. Hace no tanto era un chico altivo, muy soberbio, que no entendía su decisión.
Pronto me han dado la noticia de que soy un hijo ilegítimo del Duque Eltomash, y que siempre lo seré. Deseo ahora más que nunca servir a la Trideidad, pues he entendido que en la fe, y bajo la Sagrada Cigüeña, es el único lugar donde todos somos iguales.
Por tanto, no quiero recibir beca alguna. Solo quiero ordenamiento Cigüeño en el Arzobispado de Lagodia.
Sin más, le agradezco su tiempo.[/quote]
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[quote=Padre Ilyanes]Amada criatura de la Trideidad:
Como sabes, cualquier fiel de la Trideidad llamado por la Sagrada Cigüeña al sacerdocio puede entrar en el seminario de Lagodia. También sabrás que hay una entrevista para conocerte algo mejor, que organiza y preside el Cigüeño Mayor.
Esto no es como la beca de la UM, Lilo. Llevas ya años viviendo en palacio, comiendo viandas deliciosas, yéndote de farra. El sacerdote de la Trideidad que viste el hábito en Lagodia no es un cuasi principe fiestero. Es un hombre al servicio de la creación para ayudar a los pobres y a los abandonados, a los desamparados, a las prostitutas, a los drogadicto. Si vienes, no esperes un camino de rosas.
Igualmente te diré que las puertas de Lagodia están abiertas. Espero tu decision[/quote]
Era tradición en el Ducado de Miramar (y también en el Condado) emprender una peregrinación una vez en la vida a Lagodia, para ver el Gran y Primigenio Templo-Nido.
Los viajeros, en este caso Lilo, iban a ataviados de un bastón de madera, en cuyo extremo lucía una pluma de cigüeña. Era la señal de caminantes hacia Lagodia, por la cual los lugareños daban agua y comida a los caminantes.
Lo cierto es que el camino no es sencillo pues el Condado, lleno de ríos, no es fácil de cruzar, pues no siempre hay puentes disponibles. Además de que Miramar es vasto y gigante. Supone un camino largo que permite la reflexión.
Y ahí iba Lilo, con su carta en la mano, esperando ver un emisario real que llevase su carta:
[quote]Mi muy estimado padre:
Dígale a Su Santidad, D.@Chiribito de Poniente y Aufgürb , que estoy yendo en peregrinación hacia Lagodia para entrar en el seminario.
#Lilo viajaba por las laderas de Miramar y veía muchos campesinos intentar buscarse mallas metálicas y cualquier arma de entre sus aperos. Algunos blandían hoces (lo más listos), otros rastrillos (los más tontos). Lo que era evidente es que aquel atajo de viejos no estaba ni para batallar contra niños armados con arcabuces de juguete.
Lilo, informado por los demás caminantes y los vecinos de los pueblos y aldeas que visitaba fue informado de lo que su hermanastro Eduardo estaba haciendo. Lilo era un hombre de paz que cuando intentaba coger una espada su peso hacía ceder su brazo. No era un guerrero, era más bien un intelectual. [b]No aprobaba la actitud de su hermanastro, pero no podía hacer nada por impedírselo. Eduardo era el Conde y él el hijo de una ramera y un Duque que pronto había pasado al olvido.[/b] Sabía que lo suyo no era la política, porque la Trideidad lo había llamado a sus filas, para curar y alimentar a los pobres, no para negociar con marqueses.
Lilo, aunque bueno y no teniendo nada que ver con su hermanastro, sentía cierta vergüenza cruzando Miramar, viendo cómo las mujeres lloraban la marcha de sus esposos al frente, y de sus hijos de la vanguardia, y pudo reflexionar sobre la guerra en un pequeño diario que llevaba:
[quote]La ambición de mi hermanastro y del propio Rey nos han conducido al peor estado enel que el ser humano puede encontrarse. Uno, que ansía más tierra y poder, y el otro que ansía más poder einfluencia en el extranjero, meten al pueblo en una guerra que jamás pidió, meten a los campesinos a matarse frente a soldados profesionales.
¿Qué sentido tiene, Cigüeño Viejo, que las criaturas de la Trideidad (crean o no) nos estemos matando en cada esquina del Reyno?[/quote]
#Lilo pasaba a tres leguas de Marogrado, la ciudad donde creció, y a lo lejos vio los ejércitos realistas y de su hermanastro. Decidió interrumpir su peregrinación y acercarse a la ciudad. Después de todo, él podría mediar entre ambos.
Cuando caminaba hacia Marogrado fue parado por una patrulla francesa de caballeros que le escoltaron al enterarse de quién era. Allí, en el campamento fue buscando a Eduardo. Tardó bastante en tener audiencia con él, pero por fin pudo hablar con él.
Lilo - [i]Mi amado hermano: no sé qué hacéis en este instante. Os disponéis a destruir la ciudad donde nacimos, donde crecimos. No entiendo de donde habéis sacado tanta ambición y tanta sed de poder. No sé qué os empuja. [/i]
Eduardo - [i] No te he dado audiencia para escuchar tu moralina, sino por deferencia a nuestro padre muerto.[/i]
Lilo - [i]Explicadme al menos un motivo por el que sitiais Marogrado y atacáis a nuestro pueblo, traicionando a nuestro Rey. [/i]
Eduardo - [i] La Trideidad, la fe. [/i]
Lilo - [i]¡No sois otra cosa que el Kyrie! Habéis dejado que el Kyrie os nuble el juicio disfrazándoos de servidor de la fe... Estáis cometiendo la peor maldad que existe: la de matar por sed de poder, contraviniendo las escrituras. No sois más que un asesino que cree estar del lado bueno de la fe, mientras que el Kyrie se regocija. [/i]
Eduardo - [i] Eres un cobarde y un bastardo[/i]
Y Eduardo exigió que Lilo fuese expulsado del campamento, no sin antes recibir una azotaina.
#Lilo marchó hasta el campamento real y allí se presentó ante los vigías como un hijo de Eltomash de Poniente-Bribón y Fredonia y pidió audiencia real con Su Majestad, Alester I.
Sin saber si llevaría un pobre chaval a conocer al más alto líder del Reyno en la tierra, comentó ante alguno de sus gentilhombres cercanos lo que había venido a decir.
[quote=Lilo]Diganle a Su Majestad que ha venido Lilo, el hijo del Duque Eltomash a suplicar clemencia para su hermanastro, que sufre una enfermedad mental y delirios de grandeza.
Mi hermanastro abusa mucho de las drogas, y no es consciente de sus actos. Es un pobre desgraciado engañado por un Rey extranjero y un títere del Kyrie.
Mi buen Rey no puede castigar a Eduardo con la muerte, siendo el último hijo de su nombre del Duque Eltomash, he de pedir clemencia mi buen Rey.
Le suplico interceda porque el chico se recluya en un monasterio de por vida [/quote]
#Su Majestad, confundido por la petición del joven y especialmente sumido en la inevitable batalla, rechazó el encuentro. Nadie conocía a ese tal Lilo y en aras de su seguridad Su Majestad debía abstenerse de encontrarse con cualquiera que se haga llamar hermanastro de un Conde.
El gentilhombre encargado de comunicarle a Lilo la negativa del Rey le sugirió al joven chaval que dejará de interferir por traidores del Reino, pues podría acarrearle severas consecuencias.
