| #El salón "La Alcoba encendida" de Durazno es un deslumbrante y movido local al que acude mucha de la fauna pudiente de la ciudad. El local es bastante exclusivo y no duda en echar a indeseables, si es que consiguen entrar. Su mejor política es exigir consumiciones con la entrada, consumiciones que cuestan más que los ingresos mensuales de la mayoría de los trabajadores de la villa. Aun con ello, el dueño de la Alcoba encendida, Macario Maracas, no es un simple hombre de negocios de la ciudad.
[img=900x450]https://external-content.duckduckgo.com/iu/?u=https%3A%2F%2Fget.wallhere.com%2Fphoto%2Fandorra-angovi-bar-Espada-Excalibur-decoracion-medieval-tasca-estilo-taberna-escaldesengordany-974834.jpg&f=1&nofb=1[/img]
- Vista de La Alcoba Encendida -
En los últimos meses, había atraído a los miembros de "cierto club" a su local, de forma que celebrasen sus reuniones en la alcoba de la Alcoba. Relacionarse con esos hombres ponía a Macario en situación de hacer dinero. Verdadero dinero, no las moneditas que uno ganaba sirviendo a los falsos ricos que poblaban su local. Le había costado mucho dinero y esfuerzo, pero por fin estaba conectado. Y por primera vez, Macario Maracas había recibido de "cierto club" una tarea que le ponía en el centro de la acción. Su momento.
Acabó ocurriendo una noche normal de miércoles, en que había organizada en el patio de la Alcoba una representación teatral de una de las tragedias más de moda del momento: la solista bajo el sol. No solo estaba presente la flor y la nata de la ciudad, sino que algunos nobles de más allá habían acudido, entre los que destacaba el Conde de Landsraad, el Señor de los Anillos.
[img=800x500]https://external-content.duckduckgo.com/iu/?u=https%3A%2F%2Fwww.latercera.com%2Fresizer%2FfOqjPZmoQ0x0tcPb1fEbqOBMkBU%3D%2F800x0%2Fsmart%2Fcloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com%2Fcopesa%2FQIFOUUNM2NENBHHNIPLEW2CVXA.jpeg&f=1&nofb=1[/img]
- El teatro del patio de la Alcoba Encendida-
Todo se puso en marcha. Un recién nombrado hidalgo de Bribón fue a distraer al Conde de Landsraad, mientras Macario Maracas llamaba a los grupos de espectadores a sus localidades. Poco a poco se fueron llenando los asientos. Un músico, simulando afinar su instrumento de viento, dió al hidalgo de Bribón la señal para invitar a entrar al Conde al vestíbulo interior. Mientras se aproximaba al umbral de la sala, un enano de la corte entró veloz y, cargado como estaba de atrezzo y baratijas, arrambló con el Conde.
[b]Plin plan clish clash thump womp.[/b] Todo el escándalo del mundo se formó tan pronto como su carga tocó el suelo, tanto que el Conde no notó como el enano le sisaba la cartera, que contenía entre otras cosas su entrada al teatro. El enano se marchó tan veloz como se acercó, sin ofrecer ni media disculpa, cargando de nuevo su ruidoso bagaje a su fingido destino.
Cuando llegó el momento de dar su entrada, poca explicación pudo ofrecer el Conde de Landsraad, todavía aturdido por el extraño episodio. No pudo notar como todo espectador que podía le veía tocarse cada bolsillito de su vistoso ropaje. No le dio tiempo a rechazar la oferta del hidalgo de Bribón a pagar su entrada y cuando se dirigió al empleado del teatro para corregirlo, ya era demasiado tarde.
El patio de butacas, que había observado en relativo silencio el episodio, se tornó en un hormigueo de chismes y cuchicheos. Entre ellos, no hubo duda en que se escuchó a menudo cómo el Conde y Señor de los Anillos acababa de recibir una dádiva del Rey sin motivo alguno. "El rey no hace más que rescatar a estos nobles de pacotilla, sin empresa ni aventura alguna", "Este conde tiene apellido, sí, pero poco más". Los cuchicheos subían en volumen. No era la clase de público que levantaba un gran espectáculo, pero la reciente dádiva del rey a según que nobles, por el mero hecho de serlo, había desplantado a los ricos burgueses de la ciudad, que pagaban impuestos -a diferencia de los nobles- para que el Rey y los nobles gastaran en burdeles sin emprender negocio alguno.
[img=640x360]http://lh5.ggpht.com/LunaBruna1/R_91pozj0II/AAAAAAAABS0/gzYUlzSA4Bc/s640/caminos_3_napoles.jpg[/img]
- Uno de los puertos comerciales interiores de Bahía, abarrotado de barcos mercantes-
El episodio no llegó demasiado lejos ese día, pero cuando llegase el fin de semana, pensó Macario, no habría un estibador que no hubiera escuchado un improperio al Conde de Landsraad. Igual se escuchaba una voz contra el Rey de vez en cuando, y todo. "Este grupo es muy astuto", se dijo en voz alta. "Más me vale no ponerme en su camino". |
| #Su Majestad, Eltomash2 I, conocedor de lo que se decía de él en la ciudad de Durazno, supo de inmediato que su presencia sería indispensable. La vieja familia de los Poniente, con su rama de “Byzantiumâ€, era aún poderosa en el reino; no por sus títulos, pero sí por su influencia y riquezas. Así que recuperar su confianza y fidelidad a la corona sería indispensable.
El Rey no era un anciano, pero tampoco era joven. Después de tanto en el trono había adquirido sabiduría, paciencia, pero había perdido la rapidez y la agilidad de la juventud. Cada vez tardaba más en decidir hacer cosas, pero aquí hubo visto claro la necesidad.
Mandó a su gentilhombre de cámara preparar todo lo necesario para marchar a la ciudad y acallar las bocas contrarias al Rey. |
