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[EVENTO] El séquito y el Príncipe montan al tren[size=5]El tren acaba de cruzar la frontera[/size]Para llegar al corazón del reino Noïdita hay que cruzar las montañas que rodean la ciudad de Syldavia. El camino hasta la frontera, aunque seguro, es lento y ascendente. Casi se podría bajar del tren en marcha y volver a subir sin más dificultad que una carrera ligera. Sin embargo, al cruzar la línea imaginaria que separa las dos naciones se extiende un valle nevado y despoblado por el que el tren acelera ligeramente. La inclinación mengua y se va cuesta abajo durante casi un día entero hasta llegar a las grandes llanuras de Noïd. Y, sin embargo, aunque despoblado, no está exento de peligros. La distancia a la ciudad hace que en esas tierras habiten toda clase de malhechores: bandidos, ladrones de poca monta, etc. Que ante la oportunidad de rascar unas monedas serían capaces de cualquier fechoría. El maquinista observa que, a lo lejos, hay un carromato en medio de la vía y aprieta el freno para ir deteniendo ligeramente el tren. Unos hombres, bien armados y con cara de pocos amigos, cortan el camino. El tren se detiene. El Príncipe, advertido por la guardia real, ha de elegir entre estas dos opciones: - Mandar a la guardia real y a los mercenarios a batallar. Los superan en número, pero seguro habrá bajas que menguarán a los soldados y habrá que dar explicaciones a la llegada tanto a Noïd como a Syldavia. - Enviar un emisario a discutir con ellos. ... @chiribito Aclaración: - si se manda a la guardia alguien debe liderarla. Se echarán dados para ver qué bajas se producen. Cabe la remota posibilidad de que los bandidos derroten la guardia. - si se envía un emisario hay que elegirlo de entre los personajes. Post 14/2 La locomotora está caliente y llena de carbón, que han suministrado gentilmente las empresas de Efraín y de la NaSy-Progre. El agua borbotea y comienza a salir por la chimenea junto con un humo negro y espero. La estación se ha engalanado para recibir al Príncipe y su séquito que abandonan temporalmente le país hacia Noïd. Su Alteza Real monta en un vagón privado, en el que será acompañado por su Guardia y al que podrá invitar a quien desee. Hay un segundo vagón, este para el Duque, el General y el aspirante al trono D. Falón, acompañado por los demás personajes. En el último vagón viajan pertenencias y esbirros que acompañan a la cohorte (una suerte de tercera clase). Durante las próximas 72 horas, en este hilo, podréis interactuar entre vosotros. Dentro de 24 horas habrá un obstáculo en el camino. Mientras tanto, se os hace saber que el embajador Clasemo en la ciudad os ha escrito una carta que un mensaje os ha hecho llegar antes de subir al tren. Si queréis, tendréis que contestar antes de llegar a la frontera de la ciudad (esto ocurrirá en 24 h). El correo lo recibís en privado y respondéis en privado. |
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1 2 3 4 Orden: Fecha | Votos 40 mensajes en este hilo creado hace . | |||
| #Escala de alineación Clasemo/Noïdita | ||
| #Príncipe Antuán: +0 | ||
| #Froilán de todos Los Santos: -5 | ||
| #Tan pronto como el tren inició su marcha Froilan abrió la puerta trasera del vagón para que algunas amigas que iban en el vagón de tercera pudieran pasar, abrió varias botellas de vino y ron y se dispuso a pasar de la mejor manera las aburridas horas de viaje | ||
| #Inés Botero: +3 | ||
| #El Duque de Miramar, Eltomash Eduardo Lilo, fue a buscar a Froilán de todos Los Santos para hablar de la sucesión a la corona. Después de todo, aunque la fama precediese a Froilán, el duque sabía hablar el lenguaje universal de la codicia. | ||
| #"Me parece bien lo de brindar" - Dijo alegremente Froilan - " Me parecería genial cambiar cualquier posibilidad de llegar a ser rey por su boyante negocio, pero no tengo ni idea de gestionar un negocio de ese calibre" | ||
| #Antuán invitó a doña Inés y su madre a su vagón privado a tomar un té con pastas y departir un rato para hacer más ameno el viaje. | ||
| #He sido hace muy poco nombrado como Duque por el Príncipe. Es evidente que soy el preferido de Su Alteza Real. | ||
| #El bullicio en el vagón no paraba de aumentar desde que iniciaron la marcha. Cuando recibieron recado de la invitación del príncipe, Bianca se sintió aliviada de alejarse del alboroto cercano. Madre e hija salieron al pasillo, dónde el volumen del jolgorio era todavía mayor, y hasta se escuchaban unos gemidos alejados. Bianca frunció el ceño, giró hacia el otro lado del pasillo, y se dirigió hacia el vagón real, seguida de su hija. |
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