#Estando Doña Manuela en el auditorio Amón vio como un chiquillo audaz, animado por la enorme cantidad de gente con posibles que se estaba reuniendo allí, entraba a vender el panfleto de José del Candado.
Nunca se le habría ocurrido a Doña Manuela comprar semejante basura sensacionalista dirigida por quien, para ella, era uno de los peores, si no el peor, enemigo del estado socialista que ella quería alcanzar, pero el titular llamo poderosamente su atención y aburrida mientras esperaba que algo pasara en el auditorio se animó a comprarlo.
Su sorpresa no pudo ser mayor cuando leyó con que altanería y suficiencia el Candado trataba al general Komutan y mientras lo leía una segunda vez una idea se le vino a la cabeza. Ese panfletucho no tenía demasiada tirada, nadie en su sano juicio compraría las palabras de un trasnochado monárquico como José Candado, pero este artículo en concreto podría poner en movimiento algunas cosas, si la suficiente gente lo leía tal vez el pueblo por fin podría animarse a tomar el poder por las armas y echar de ahí a generales y monárquicos que no hacían más que pelearse e insultarse mientras ellos se partían el lomo trabajando y por otra parte si el general era consciente de lo que Candado estaba diciendo seguramente perdería su temple y empezaría la escabechina de nobles por su ahuecada cabeza.
En cualquier caso por unas pocas monedas Doña Manuela tendría una diversión asegurada así que llamo al.chaval y le compro todos los números, 25, para que los repartiera por las casas proletarias y se asegurará de dejar uno en el puesto de mando que el general había instalado.