Juan Torcuato había logrado, merced de sus amigos, los capitanes Rodríguez y Méndez, que el general González acudiera a la cita, esta se dio en una discreta casa que la Condesa había cedido a tal efecto a Torcuato y que no llamaría la atención de nadie.
La velada había transcurrido sin mayores incidentes, todos habían sido agasajados con una estupenda comida y ahora que se encontraban en los postres y con un ambiente distendido, Torcuato decidió sacar el tema por el que había reunido aquí a estas personas.
"¿Qué os parece, General, el Mausoleo a Komután que la condesa ha ordenado construir enfrente del palacio?"
"Ummf" - El general casi se atragantó con el pastelillo que estaba degustando en ese momento - "Me alegra enormemente que por fin alguien se haya dignado a mostrar respetos por mi gran amigo, esos pazguatos del consejo de nobles no fueron capaces ni de organizar un funeral para la persona que salvo a Syldavia del caos más absoluto."
"Y mucho menos investigar su muerte por supuesto" - Intervino oportunamente el Capitán Rodríguez que, al igual que Méndez, estaba al tanto de las intenciones de Torcuato.
"Honestamente, me parece un insulto a todo el cuerpo militar que uno de sus generales muera en tan extrañas circunstancias y nadie se digne a investigarlo" - Añadió Méndez
"¿Y qué me decís del nuevo regente? Un tabernero que se cree que tiene sangre noble. Maldita sea mi estampa, si Komutan estuviera aquí le habría hecho fusilar a él y a todos los que le apoyaron. Menuda burla al país sentar a un borracho en el trono" - Soltó en un exabrupto el General al que el alcohol que se había servido durante toda la comida había soltado la lengua.
"Cuanta razón tenéis mi general. No creáis que sois el único que piensa así, el otro día fui invitado a una pequeña recepción con la condesa Manuela Dos Santos Dolores de Barrigón-Orujo y Sotana y me confesó que la opinión generalizada entre las familias nobles, al menos las que son nobles de verdad, es que este es un patán que alguien está usando para hundir a nuestro país. Nadie confía en que vaya a hacer nada bueno, y la prueba es que la primera decisión que ha tomado ha sido confiar ciegamente en Tabr y concederles todo aquello que han pedido."
El General se quedó un buen rato pensativo, momento que los conspiradores aprovecharon para cambiar a temas más ligeros. El plan era sembrar dudas en la mente del General y eso lo habían logrado sin lugar a dudas.
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#Paseábase doña Edelvina con sus amigas frente a Palacio, cuando se percató de que frente a este habían erigido un mausoleo al general Komután. Si bien no le desagradaba mucho la idea puesto que este nombró notable a su Nicasio, y tras aquella Asamblea se desembocó en la actual monarquía, no había que olvidar que lo hizo dando un golpe de estado, blando, pero golpe al fin y al cabo, aunque las circunstancias eran las que eran.
Edelvina: [color=#00369b][b]Pronto la han despachado.[/b][/color]
Petronia: [b][color=#008e02]Pues claro, era un error evidente que esa mujer estuviese ahí.[/color][/b]
Aniceta: [b][color=#b20080]Le habrán dado un caldito y unos céntimos y de vuelta al mercado.[/color][/b]
Edelvina y Petronia: [size=2][font=Arial, Helvetica, sans-serif](disimulando sus sonrisas tras sus manos) [/font][/size][b]jijiji Aniceta, como eres.[/b]
#Pocos días después llegó la invitación a la casa de Nicasio y Edelvina portada por un mayordomo cuyas vestimentas hacían parecer harapos cualquier cosa que pudiera llevar Nicasio.
[img]https://i.ibb.co/mRPmrDJ/imagen.png[/img]
"La condesa Doña Manuela Dos Santos Dolores de Barrigón-Orujo y Sotana tiene el placer de invitarles al baile de gala que se celebrará en su Palacio el próximo Sábado día 1 de Abril"
Y debajo del texto con una pequeña y discreta letra podía leerse:
"El coste del cubierto será de 1000 monedas de oro que irán íntegramente para los más desfavorecidos ciudadanos de Syldavia"
#En estas estaban doña Edelvina y sus amigas cuando vieron entrar en palacio el carruaje de la condesita.
Edelvina: [color=#00369b][b]¿Dónde irá esa?, ¿La han invitado a palacio?[/b][/color]
Petronia: [color=#008e02][b]Pues parece que sí, aunque con el sombrero que llevaba más parece que iba a una entrevista para sirvienta.[/b][/color]
Edelvina: [color=#00369b][b]No seas mala Petronia, ese sombrero tenía mucha clase hace unas décadas. Seguro que es el que llevó su madre el día de su bautizo.[/b][/color]
Petronia: (sonriendo tímidamente tras su mano) [color=#008e02][b]Y luego me dices a mí que no sea mala.[/b][/color]
Edelvina: [color=#00369b][b]Bien, no es tan antiguo, pero si hace años que está pasado de moda.[/b][/color]
Petronia:[color=#008e02][b] Estoy de acuerdo. Los modelos que lleva la condesa son siempre antiguos. Parece que los comprara de saldo a alguna señorona.[/b][/color]
Aniceta: [color=#b20080][b]Pues dice mi sirvienta que las mendigas del mercado la tienen envidia, porque viste peor que ellas y les resta limosnas.[/b][/color]
Edelvina y Petronia: (disimulando sus sonrisas tras sus manos) [b]Aniceta, eres la peor.[/b]
#Cuando la condesa salió de palacio un apuesto capitán de la guardia que anda distraído al lado de las tres cotorras mirando unos escaparates pasó a través de ellas y se acercó a la Condesa. Susurro algo al oído de esta mientras ambos sonreían y finalmente la Condesa dirigió una fría, y aterradora, sonrisa al grupo.
Con paso firme la condesa se acercó a Edelvina y sus compinches y, sin retirar esa sonrisa que a Aniceta le traía imágenes de su fría tumba e incluso le hizo temblar un poco, les dijo:
"He sabido de labios del príncipe acerca de vuestro hidalgado Doña Edelvina y he pensado que si va a usted a forma parte de la clase alta de Syldavia va siendo hora de invitarla a uno de mis bailes benéficos, el príncipe acudirá por supuesto, y embajadores de nuestras vecinas, haré llegar con un mayordomo la invitación a su casa, ¿Sigue viviendo en esa acogedora casita al lado de la calle e?"- Edelvina no supo como, pero ese "acogedora" había sonado peor que si hubiera dicho "cochambroso agujero inmundo- "Espero verla allí acompañada de su marido."
#Edelvina, con la mejor de sus sonrisas, muy amablemente le dijo:
[b][color=#00369b]Bueno, nuestro palacete no es tan vistoso como el vuestro, cuyas vistan dan al mar, pero mire, está más resguardado de los temporales que el vuestro, que en invierno pegarán bien contra sus añosas paredes, amén de que estamos más integrados en el bullicio social al dar a dos calles.[/color][/b]
[b][color=#00369b]Acudiremos encantados mi estimada condesa.[/color][/b] (Esto último lo dijo tan cortésmente y con una sonrisa tan encantadora que Petronia y Aniceta quedaron sorpendidas).
Cuando la condesa se marchó las dos le preguntaron al tiempo:
[b]¿De verdad vas a ir?[/b]
Y ella, cambiando su sonrisa encantadora por una más maliciosa dijo:
[b][color=#00369b]Por supuesto que sí. No me perdería una oportunidad de cotilleo por nada del mundo. Por cierto, ¿os habéis fijado cómo el capitán de la guardia cuchicheó con ella y cómo se sonreían?[/color][/b]
Petronia: [b][color=#008e02]¿Insinúas que hay lío entre ellos?[/color][/b]
Edelvina: [b][color=#00369b]Obviamente hay lío, pero no sé de qué tipo. [/color][/b]
Aniceta: [b][color=#b20080]Para mí que el capitán la ve accesible al vestir tan mundana. [/color][/b]
Edelvina: [b][color=#00369b]Ya lo averiguaremos.[/color][/b]
#La sirvienta tras cerrar la puerta al criado de la condesa, llevó el sobre a Nicasio, quien al abrirlo y leer aquello le empezaron a dar los siete males.
[b][color=#c10300]¿Mil monedas para no sé que cosas benéficas?, pero si esa mujer ni siquiera es benéfica consigo misma.[/color][/b]
[b][color=#c10300]Edelvina, mira lo que nos manda la condesa.[/color][/b]
[b][color=#00369b]Habrá mandado una invitación para no sé que baile que organiza.[/color][/b]
[color=#c10300][b]Sí claro, pero pide 1000 monedas para los zarrapastrosos de Syldavia.[/b][/color]
[b][color=#00369b]Jajaja, definitivamente está loca. Le dije que íbamos a ir, pero ya inventaremos algo. Si cree que va a renovar su anticuado armario a nuestra costa va lista. Que trabaje, como hacemos los demás.[/color][/b]
Nicasio pidió una tila a su sirvienta y empezó a cavilar sobre el tema.
