Miguel Antonio del Castillo, pocos minutos después de enviar a uno de sus asistentes con [url=https://pol.virtualpol.com/foro/syldavia/oficina-de-miguel-antonio-del-castillo/#m-24139]la carta para Herminio de Oriente[/url], recibió la contestación confirmando su asistencia de este último ( @Eltomash ).
Cuando entró, le recibió con una afable sonrisa y un cálido apretón de manos, y le invitó a sentarse en una de las dos butacas que tenía en el despacho.
[color=#00369b][b]Muy buenos días tenga usted, Don Herminio, espero que el comienzo de curso político le esté tratando adecuadamente. Siéntese, siéntese. Tengo mucho interés en discutir con usted ideas generales para esta legislatura que hoy comienza.[/b][/color]
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#Buenos días para usted también. Solo he tenido a bien reunirme con usted por su misiva de modales exquisitos. Quiero darle la oportunidad de hablar, pues creo de veras que no se debe privar a nadie de parlamentar.
Espero que no estemos en las antípodas ideológicas, más me temo que así será. Tomamos un whisky en privado y discutamos sin tantos oídos a nuestro alrededor, si le parece
#Venia con unas expectativas muy bajas, D. miguel. Pensaba que era usted un monárquico empedernido. Me quiero disculpar con usted honestamente por este prejuicio inmerecido. Creo que usted y yo podríamos trabajar por ese propósito tan bello como es la república.
En efecto, estoy dispuesto a apoyar cualquier apuesta revolucionaria que conlleve a la instauración de una república. En ese proyecto nos encontraremos.
#[b]Créame que no le hubiera invitado a hablar sólo para intercambiar cordiales palabras. Si está hoy aquí es porque creo que tenemos bastante en común y que de nuestro trabajo conjunto puede surgir mi visión para Syldavia: un país digno y seguro de sí mismo que mira al futuro con entusiasmo.[/b]
[b]Por eso, precisamente, y como usted bien dice, es menester que esta conversación sea privada, al menos por el momento. [/b]
[b]Así que, ahora que estamos a solas, permítame ir directamente al grano: no estoy a gusto con la monarquía. Como sabe, estoy enormemente disgustado por que se haya llegado a la situación de conato de guerra civil que hemos vivido hace unos días, situación de la que responsabilizo a los mal llamados "líderes sindicales", pero también a los politicastros que nunca supieron gestionar las protestas hábilmente, sino sólo mediante la fuerza bruta y el ejército. Si bien la mayor parte de la culpa a este respecto recae exclusivamente sobre el príncipe Vin, ha sido todo el sistema político el que ha fallado. Por eso yo me pregunto, ¿para qué ha servido la monarquía? ¿Para qué sirve hoy en día?[/b]
#[b]Bueno, bueno, ni tanto ni tan calvo, señor mío. Yo no soy monárquico como no soy republicano. Yo soy Syldavo, y mi único empeño es lograr la prosperidad de este país, lo cual históricamente siempre ha venido de la mano de sus comerciantes y empresarios. La monarquía ha demostrado durante los últimos años la incapacidad para gobernar para todos los syldavos, y es por la cerrazón de la estructura del núcleo político de nuestra nación que nos hemos estancado y hemos quedado en este estado deplorable. Por eso debe ser cambiada.[/b]
[b]Pero no por eso abogaré por una revolución, al menos no una que implique más lucha fratricida. De hecho, le afirmo que me niego a tal extremo y lucharé ardientemente por evitar cualquier repetición, en grado alguno, de los eventos recientes. Aunque si por revolución usted sólo se refiere a un cambio de paradigma, por el Kidemonas que eso sería de mi agrado. [/b]
[b]Por tanto, mi propuesta ahora mismo es sondear la opinión pública, especialmente la de los diputados que nos acompañan en el Parlamento, e intentar avanzar con la reforma del Estado para reducir la importancia de la monarquía hasta el mayor extremo posible, una vez conozcamos el entusiasmo que esta idea genera. Creo que podríamos contar con D. José del Candado, me suena haberle oido por los pasillos despotricar del monarca en alguna que otra ocasión. Igual es favorable a nuestro empeño.[/b]
#Como puede saber mediante mis declaraciones públicas soy partidario de la paz y la democracia como medios para llegar al fin que nos ocupa. Creo firmemente que el consenso democrático es más efectivo que cualquier medio armado.
No obstante, no podemos olvidar que el régimen monárquico nos ha llevado de la mano de los sindicalistas a una lucha fratricida inútil, que nos ha empobrecido a todos y no nos ha librado del yugo de la Corona. Hemos de ser demócratas, ´sí, pero no imbéciles.
Quiero hablarle de un joven general que fue ascendido hace poco. Tuve el honor de verlo en el parlamento y pregunté por él a uno de sus jóvenes oficiales. Me informaron que se trataba del Comodoro Mauricio Abename, que ahora dirige el tercer Batallón, creo que podría ser un aliado importante en esa rama tan agreste del Estado
#[b]Me alegra comprobar, entonces, que estamos en sintonía en lo que se refiere a la necesidad y las formas para acabar con la monarquía.[/b]
[b]Al respecto del Comodoro Abename, estoy totalmente de acuerdo con usted. Es muy importante contar con aliados en el ejército, de otra forma el carácter firme de algunos mandos, excesivamente chapados a la antigua, podría ser un contratiempo innecesario para nuestro empeño.[/b]
[b]En todo caso, la sesión del Parlamento está cercana a comenzar, por lo que le propongo no demorar esta conversación más de lo necesario. Igualmente, y dado que en tal sesión se debe elegir un Primer Ministro y un Presidente del Parlamento, y que nadie se ha postulado para el segundo cargo aún, le propongo que sea usted quien lo haga. Contaría con todo mi apoyo, y podría aducir como principal argumento para votarle la necesidad de aportar savia nueva a nuestras instituciones, o alguna parecida.[/b]
[b]Y, una vez concluida la sesión, propongo una reunión a cuatro con D. José del Candado y el Comodoro, para sondear su voluntad de ser parte activa en la caída de la monarquía.[/b]
