| #[size=6]Moderación: [b]Asalto Revolucionario al Palacio [/b][/size]
[b]1. Situación[/b]
La batalla se plantea muy complicada para los atacantes. Es cierto que superan en número a los defensores, pero a fin de cuentas están atacando un edificio defendido por un reducido ejército profesional.
Afortunadamente, el liderazgo de los mercenarios y obreros experimentados en conflictos anteriores permite que los obreros actúen en varias operaciones bien coordinadas pese a lo variado de la fuerza. Toda clase de trabajadores manuales sustituyen sus herramientas de trabajo por otras mucho menos productivas. El reciente ataque sin piedad a los obreros ha motivado fuertemente a los obreros y no hay en absoluto segundas opiniones entre sus filas. Hoy los obreros no huirán y lucharán hasta el último hombre, no por disciplina, sino por convicción.
El ejército se ha parapetado y defendido de forma adecuada en el interior, atrancando puertas y vigilando desde las ventanas. Las iniciativas de los atacantes solo pasarán desapercibidas durante un instante. Están bien lideradas por un veterano comandante y gozan de la disciplina de un cuerpo militar experto y engrasado. Sus armas son de la más alta calidad que Syldavia se puede permitir. No es la primera vez que disparan a otros syldavos, pero esta vez lo hacen para proteger sus vidas, mientras son asaltados en todas direcciones. Todo irá bien mientras se mantenga el orden y no cunda el pánico.
Ante la ardua tarea de tomar un edificio cerrado y protegido, solo será posible la victoria obrera destruyendo las posibilidades defensivas del Palacio.
[b]2. Calculo de dados[/b]
defensores: 250x4: 1000/2300
Jairo, 100 soldados veteranos (jugador militar)
Chiribito, 100 soldados no veteranos (jugador militar)
Guardia real: 50 soldados (guardia real y parlamentarios)
atacantes: 1300/2300
1200 obreros sublevados y enarcedidos, bastantes de los cuales tienen experiencia
25x4 mercenarios veteranos, pero extranjeros
La experiencia es muy diversa y no computará como ventaja para ningun bando.
El dado a superar por los atacantes será 43/100 (1000/2300)
(1-43 victoria defensores, 44-100 victoria atacantes, 56% posibilidades de exito atacante en cada tirada)
[b]3. Eventos y tiradas[/b]
[b]Situación A: tratar de acabar con las defensas de palacio[/b]
[color=#4cea5e][b]Dado n1: 43/100 20:35 [$] Byzantium tira el dado de 100 números: 89 Éxito[/b][/color]
La compañía Engels trata de entrar de forma sigilosa antes de que comience la batalla, concentrando un elevado numero de obreros en una unica puerta, que sin embargo está bien protegida y cerrada. Si supera la tirada, el palacio perderá 0.5 de su potencial defensivo.
[b][color=#e82a1f]Dado n2: 43/100 20:35 [$] Byzantium tira el dado de 100 números: 35 Fracaso[/color][/b]
La tercera compañía tira improvisados dispositivos incendiarios por toda rendija disponible y por todo parapeto posible. Con éxito, los soldados se deben detener a acabar con los fuegos y pierden mucha capacidad de defender. Con éxito crítico (100) el fuego es incontrolable y tiene efecto doble. Si se supera la tirada, el palacio pierde 0.5 de su potencial defensivo.
[b]Situación B: asalto del palacio[/b]
[b][color=#e82a1f]Dado n3: 60/100 20:35 [$] Byzantium tira el dado de 100 números: 53[/color][color=#e82a1f] Fracaso[/color][/b]
Las defensas del palacio suponen un multiplicador x2 al dado de los defensores. (3)
Una última tirada dicta la victoria final, multiplicandose el numero de soldados restantes por las defensas restantes, calculado frente al numero de defensores restantes.
Recuento final:
Multiplicador defensivo de 1.5 (1 derrota, 1 victoria)
1.5*1000=1500 fuerza soldados
1300 fuerza obreros
El dado a superar por los atacantes es 60 (1500/2500).
4. Batalla
La compañía Engels utiliza un señuelo, haciendo incendiar unos barriles en el noroeste del palacio, fuerzan su entrada por la entrada más al sur. El éxito de la maniobra es sorprendente y los veteranos mercenarios consiguen acceso a la puerta. El acceso a la puerta, sin embargo, no acaba la lucha. Los veteranos soldados pronto dan la voz de alarma y los batallones se reorganizan para proteger los accesos más importantes. La lucha se hace aún más encarnizada y se pierden muchos soldados, que en vez de disparar desde las rendijas de las ventanas hacia el exterior, se ven obligados a defender pasillos y corredores.
Los dispositivos incendiarios fueron una gran idea, pero la tercera compañía actúa una vez ha comenzado la acción señuelo, lo cual ha puesto a los defensores en alerta. Los soldados son impasibles y disparan con precisión a los asaltantes. Fuegos ocasionales malgastan el tiempo de los soldados, que no pueden acudir a defender la puerta sur. Pero la distracción es menor y los soldados terminan con la ofensiva con gran éxito, tras lo que pueden dedicar esfuerzos a proteger el recinto.
La batalla es durísima y tiene lugar entre los pasillos y estancias del palacio. Las barricadas improvisadas de los soldados les permiten infligir un extraordinario numero de bajas, pero la enorme cantidad de obreros enemigos es muy significativa. Los obreros ganan terreno progresivamente a costa de un enorme número de camaradas muertos, que además toman armas de mejor calidad de los soldados que van abatiendo.
La superioridad numérica pierde valor en los cuellos de botella de las posiciones finales del bando defensor, en las que se encuentra el mando militar. El minero y Mendíguez se encuentran entre los suyos, han llegado hasta el final liderando a sus camaradas. Sus manos, cubiertas de sangre literal y figuradamente y sus ánimos enardecidos por innumerables batallas contra el Estado opresor. Alcanzan ya a oir las voces del General, fuertes y decididas pese a los achaques de salud más recientes. La sorprendente entrada de los obreros en Palacio ha puesto bajo aviso al Príncipe, que sin embargo no se ha refugiado aún en el Bunker.
[b]Notas: [/b]
[1] Corresponde ahora, en los momentos finales de la derrota de los atacantes, a los jugadores decidir qué ocurre con sus personajes. Hay hueco para muertes en ambos bandos, pero el resultado de la batalla debe ser una victoria ajustada de los defensores.
[2] El bunker no se ha utilizado, de haber sido una victoria de los atacantes, el bunker hubiera sido un refugio para los personajes si decidían sobrevivir - pero el palacio hubiera sido conquistado y con él, consecuencias políticas importantes.
[3] El multiplicador de x2 (o 1.5) que ha decidido la batalla es resultado del hecho evidente que atacar un edificio defendido por el ejército es una locura y aun así, la causa obrera ha conseguido un resultado extraordinario que también puede tener sus propias consecuencias en el rol. |
| #El minero, que había logrado traspasar ciertas líneas defensivas con ayuda de sus hombres, se vio cada vez más solo. Al final, solo eran tres obreros luchando contra una docena de guardias que los cercaban. Un guardia apuñaló a Pascual, el obrero que tenía a su derecha. Otro guardia, con ayuda de su lanza, hirió de muerte a Guillermo, el obrero a la izquierda.
Quedó solo. Con su revólver de fabricación en Noïd y una daga. Ahí, frente a los guardias. Sabía que poca escapatoria le quedaba.
Ahí, ante la atenta mirada de toda Syldavia trató de apuñalar (con éxito) al guardia que tenía al frente. Disparó al que tenía a mano derecha, hiriendo su cráneo de muerte. Los que estaban detrás comenzaron a apuñalarle sin piedad.
Mientras caía al suelo, pasó por su mente todo lo que habría podido ser Syldavia si los hubiesen dejado. Con su último hálito gritó: "no dejéis nunca de luchar por salir de la miseria".
Los forenses dictaminarían luego que el minero recibió 50 puñaladas y 2 disparos post mortem de parte de los guardias. Ahí quedaron sus restos, en el suelo.
DEP EL MINERO. |
| #El hijo del minero, Enrique, había luchado junto a su padre en la Gran Guerra Obrera. Lo había visto caer a lo lejos y había visto también cómo la desaparición de Mendinguez (creído muerto en la lucha) había destrozado a los obreros. Una vez más, la suerte del Príncipe había acabado con los sueños revolucionarios de muchos.
Decidió aprovechar el día de luto del príncipe para recoger a su padre y darle una sepultura digna. Muchos de los obreros se retiraron, pero una docena de obreros leales a su padre le ayudaron a desplazar le cuerpo sin vida del minero.
Allí, sobre unos de los carros que no tenían demasiados daños se subieron y trasladaron el muerto hasta las montañas, donde siempre había querido reposar para siempre: cerca de una mina de carbón, para que al tiempo, su carne se convirtiese en carbón.
Su hijo lloró cuando vio la tierra caer sobre el cuerpo yermo de su padre. Allí, bajo el sol (que había vuelto a salir) juró ante los presentes:
[quote]Os juro a todos que daré muerte al Príncipe y al General Jairo. Juro que acabaré con los asesinos de mi padre. Si la vida no lo quiere, tendrá que matarme.[/quote] |