Los líderes revolucionarios de Syldavia han salido a la calle y comenzado a repartir alimentos y armas entre los obreros que, organizados y exaltados tras los recientes sucesos violentos del Palacio y la misma abdicación del Príncipe, están dispuestos a seguir a sus líderes una vez más pese a los fracasos recientes.
Sin embargo, una gran masa urbana de gentes desorganizadas, obreros no socialistas, trabajadores y artesanos, observa temerosa del futuro de sus familias, empresas y vidas. La ciudad hierve y son tantos los que se unen a los obreros como los que reunen a sus familias para encontrar un lugar alejado de palacio donde resguardarse.
Aquellos que respaldarían al príncipe y a su soberanía seguro existen, pero sin un liderazgo claro y decisivo ni el apoyo del ejército, puede que prefieran mantenerse al margen.
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#El minero y Mendiguez se pusieron una vez más al frente de sus camaradas, sabían que está vez era la definitiva el nuevo príncipe no había asentado aún su influencia entre el ejército, y el general Jairo seguía convaleciente en el hospital con lo que el ejército carecía de líderes que pudieran hacer frente a sus hombres.
Si lograban tomar el parlamento cogerían en el a todas las figuras de poder del país y tendrían el gobierno a su alcance.
Esta vez no habría dudas, si fracasaban perderían la vida, pero no fracasarán.
#La Paca, conocedora de que parte del pueblo había sido arengado y armado rudimentariamente para ir a estrellarse contra el ejército como en veces anteriores y generar más dolor, sufrimiento y muerte, trató de influir desde su taberna para evitar ese derramamiento de sangre y a todos los q estaban allí los iba hablando de las desventajas de repetir los errores del pasado.
Ya había muchas viudas y huérfanos, y esto iba a agravar las cosas.
El país llevaba tiempo paralizado por tanta huelga y quema de industrias
La guerra civil era un empobrecimiento para el país, y por muy nobles q fueran los objetivos, el método era del todo nefasto.
[url=https://pol.virtualpol.com/votacion/7044]Tanteo de la paca a su clientela[/url]
#Antuán y Nicasio acudieron a palacio nada más salir del congreso. Temiendo lo peor reforzaron la seguridad de este con tropas del ejército además de la guarda real.
Antuán les dijo:
[b][color=#c10300][size=4]No ataquéis. No quiero masacres. Sin embargo, tenéis derecho a vuestra propia defensa y a la defensa de vuestro honor, cumpliendo la orden de defender el palacio. Oscura es la noche en que los locos exaltados arengan al pueblo para levantarse contra el país y sus instituciones.[/size][/color][/b]
[b][color=#c10300][size=4]Avisadme cuando lleguen pues quiero hablarlos antes de que se desate la barbarie.[/size][/color][/b]
#De pronto al frente del palacio de ve llegar a una gran cantidad de tropas, lo cual pone en alerta a los soldados del palacio y mas cuando ven que al frente de esta tropa va el general Jairo acompañado del Estado Mayor haciendo la situación aun mas tensa y temiéndose lo peor... Entonces el general aun encima de su caballo habla en voz alta a los soldados del palacio:
-Compañeros, no estamos aquí para romper el actual estado de cosas, sigo siendo uno de los suyos, seguimos del mismo bando así que no temáis… se que algunos conocen los antiguos planes y por eso de vuestra alarma pero tranquilos, sigo siendo el mismo que defiende vuestros intereses y hoy no estamos aquí para ir contra el príncipe sino para respaldarle, permítanme la entrada a mi y a los oficiales para poder hablar con Su Alteza
#Durante el desarrollo del pleno, Miguel Antonio del Castillo había cruzado varios mensajes con Mendíguez y el minero, por medio de un conocido suyo de los bajos fondos, con el fin de rebajar la tensión que se vivía en la calle. El resultado infructuoso de los mismos le llevó, nada más terminar la sesión del Parlamento, a la [url=https://pol.virtualpol.com/foro/syldavia/oficina-de-miguel-antonio-del-castillo#m-24081]publicación de una nota de prensa[/url] desde su oficina en el mismo edificio.
Una vez redactada y entregada a la prensa, Antonio rehusó acompañar al resto de diputados al Palacio, pues conocía de la recuperación del General Jairo y no deseaba ser visto con el que en su opinión era un político bastante inepto que había sido incapaz de detener la ruina de Syldavia y que sólo sabía sacar a sus soldados a la calle para intentar, con bastante poco resultado, imponer algo de orden.
Por ello permaneció en el Palacio del Parlamento, contando con un informador de confianza que iba y venía de la taberna de la Paca para avanzarle todos los eventos que se produjeran. A él le indicó que moviera el siguiente mensaje en la clientela de tan refinado establecimiento:
[size=4][b][color=#c10300]Sepan que aquellos que se mantengan con Syldavia, el orden y la ley disfrutarán de grandes recompensas por evitar el alzamiento sedicioso de los sindicalistas, como les ha sido prometido por Antonio del Castillo. ¡Gloria a Syldavia![/color][/b][/size]
#El minero vio, una vez más en Syldavia, como el politiqueo y las palabras endulzadas querían mantener el statu quo. Parece que los ricos y poderosos syldavos habían cambiado de estrategia: de pegar petadarzos y balazos a los pobres desgraciados a intentar encandilarlos.
Tuvo que tomar una decisión drástica. Sabía que estaba en juego demasiado: su vida. El minero sabía que en esta batalla se lo jugaba todo: no tenía plan B. O luchaba hasta la muerte y ganaba o moría y acababa en una zanja.
Uno de los combatientes que había traído Mendinguez era un famoso mercenario de Noïd, que había servido al General Kürst (famoso por sus incursiones en Clasema). Le pidió, dándole una bolsa de 5 :moneda: , que hiciera llegar al General la información de lo que aquí iba a suceder y de cómo si morían Mendinguez y él quedaría la ciudad a favor de los clasemos (la sangre de esta nación corría por las venas de Antuan I).
Volvió a arengar a las masas:
[quote]Aquí hemos venido a luchar. Yo iré en la vanguardia con vosotros, me armaré de un fusil y un mosquete y correré hacia el palacio para tomarlo. Veréis y oleréis mi sudor y mi sangre. Quiero que miréis fijamente el momento en el que por fin un obrero, un minero del carbón, entra en palacio por primera vez.
Y en ese momento sabréis que ninguno volveréis a pasar hambre. Que ninguno de vuestros hijos trabajara con 10 años en una fábrica de Nicasio o Miguel Antonio. Que ningún señorito violara a vuestra hija sin consecuencias.
Veréis cómo el hijo de un obrero se convierte en dirigente. O médico. O ingeniero. O poeta.
Os pido vuestras fuerzas una última vez. TOMEMOS EL PODER. SOCIALISMO O MUERTE![/quote]
#[quote=Chiribito] Los Soldados permitieron la entrada del General a Palacio y lo llevaron aten el príncipe.
Antuán al verlo exclamó:
[b][color=#c10300][size=4]¡Mi estimado general! Veo que por fin habéis despertado de vuestra convalecencia. ¿Qué tal os encontráis?[/size][/color][/b] [/quote]
Una vez estando frente al príncipe, tanto el general como los oficiales del Estado mayor se ponen en posición de firme y le saludan con el saludo militar correspondiente... entonces el General procede a hablar:
-Alteza, pues gracias a Dios he vuelto de la casi muerte y con mas fuerzas para pelear y servir a mi nación, como usted sabe pues todo lo acontecido ha sido por causa de los comunistas e incluso lo que me sucedió a mi por eso no planeo tener mas intento de dialogo con esa gente porque con ellos no vale eso, ellos no entienden razones y ya creo que es bastante obvio. igualmente como usted puede ver Alteza, el Estado Mayor aquí presente como mi persona hemos venido para respaldar su investidura y autoridad como legitimo príncipe de Syldavia ya que al ya no estar el anterior pues ya no hay motivos para que las fuerzas armadas estén en conflicto con la corona y menos sabiendo que es un militar capaz quien esta al mando del país... estamos a su disposición para lo que usted ordene y para defender la institucionalidad de este país que esos comunistas revoltosos pretenden destruir, sembrando muertes inocentes y destruyendo la capacidad productiva del país... estamos a su completa disposición alteza
#La mañana siguiente al fallido pleno del parlamento, Don José del Candado acudió a Palacio como tantos otros a ponerse al servicio del Príncipe. Había sopesado la idea de retirarse de la política tras la reciente toma del palacio y la violenta respuesta militar. Sin embargo, la abdicación del funesto príncipe le había recobrado unas vanas esperanzas en la mejora de Syldavia, aunque lo poco que conocía del nuevo príncipe y su relación con el ejército le daba mala espina.
Por el camino conoció en primera persona el caos en la ciudad y recibió la buena noticia de un colega de la nota de prensa llamando a la resolución pacífica del conflicto movilizada por uno de los candidatos a Primer Ministro. Todo su ánimo se derrumbó al ver que el homicida General había regresado a Palacio rodeado de su igualmente homicida camarilla.
Decidió por esas quedarse al margen y no presentarse ante el Príncipe tras saludar a algunos colegas. Pasaría el día en alguno de los cafés cercanos, conociendo los rumores al respecto y recopilando las opiniones de otros parlamentarios.
En el tiempo reciente, las lealtades de Don José se habían alejado cada vez más del trono y, demasiado a menudo, acercandose más a la botella. Mantenía cierta salud y decoro, pero la vergüenza de haber apoyado al príncipe y al mismo general en el Parlamento no le permitían dormir tranquilo. Toda esperanza en un nuevo príncipe y un nuevo candidato al gobierno había de luchar con las pésimas experiencias recientes. Jamás apoyaría la causa socialista, pero había de reconocer que los últimos pésimos gobernantes habían sido el mejor argumento en favor del republicanismo.
#La paca, tras sondear a sus clientes y conocidos pudo constatar que la gente estaba harta de peleas y sangre, aunque algún partidario de la lucha encontró, pero no eran muchos.