POL

Un mal secreto e indignante

Existe en POL un mal del que nadie habla y todos, o casi todos, cometen. Es un mal profundo y no reconocido, un mal que por lo habitual nace de la buena intención y causa un grave daño. Para entenderlo en profundidad, nos hará falta recapitular.

Hace cosa de un mes UPL, el partido de Eltomash y Theomore, publicaron el que yo consideré uno de los peores programas electorales al parlamento de este nuevo periodo activo de POL. Lo consideré malo porque en general se trataba de ocho propuestas de ley distintas, escasamente relacionadas entre si y sin una idea vertebradora, sin una idea política principal. La legislatura de Eltomash y Theomore, por lo general, puede ser evaluada mejor o peor, pero si una cosa destaca en ella es la privatización. Su programa fue incapaz de resumir sucintamente cual era la idea principal del partido al que se iba a votar.

Eltomash y theomore ganaron aquellas elecciones frente a candidatos muy competentes. Y esa victoria no fue gracias a su programa electoral. Tampoco fue pese a su programa electoral. Durante una legislatura de altibajos, eltomash y theomore incumplieron cerca del 80% de ese programa, según se mire. Y no es malo que lo incumplieran. Si recuerdan algún artículo previo mio, también fue esa la evaluación que hice del Gobierno de Dunkelzahn, al que valoré muy positivamente pese a que había cumplido un porcentaje bajo de sus promesas iniciales.

En general en POL los políticos incumplen sus programas electorales, pero no de una forma grave. No van en contra de lo que dijeron ni actúan de forma muy inesperada. Escribir un programa electoral combina hecho y ficción. A mi me gustan los programas electorales que resumen qué podrá decir o votar cada candidato en cada uno de los debates próximos y previsibles, como la privatización. Cuando hay debates, es fácil. Cuando uno se presenta con un par de ideas y no hay debates en activo... entra en juego la ficción. El relleno. Un mal perverso.

Pero el mal que vengo a resaltar hoy no es que los políticos rellenen su programa electoral. Tampoco es que incumplan sus promesas electorales. Ni que ignoren su programa o incluso que lo escriban muy mal. El grave mal que se hace notorio con estos hechos es que la mayor parte de los ciudadanos ignora los programas electorales de los candidatos. Nadie le echa en cara a Eltomash, Theomore o Pepe Reina que no cumplan su programa, ni siquiera se acuerdan de él.

Porque no se vota atendiendo al programa electoral de los candidatos. Se vota como recompensa. Theomore y Eltomash ganaron "porque se lo merecían", pero no porque las personas que les votaran estuvieran de acuerdo con las ideas que ellos representaban. Del mismo modo, Abascal no ganó las elecciones porque su programa representara a la mayoría de personas, sino porque era un candidato nuevo, que nunca había sido presidente y que se merecía una oportunidad. De la misma forma, Eltomash ha quedado tercero recientemente por motivos muy diferentes a su programa.

Esto es gravísimo en un lugar que queremos llamar simulador virtual. La mayoría de los ciudadanos parece desconocer o sentirse indiferente por los debates políticos que tienen lugar en ese país. Las únicas personas que se movilizan en favor o en contra de la privatización son los ciudadanos más activos, con cargo público. Los demás no se involucran. La mayoría de los ciudadanos quiere que haya actividad, que haya sondeos, que haya economia, que haya artículos. Pero los temas políticos que son el origen de toda esa actividad les resultan irrelevantes. No se movilizan en favor y en contra de ellos y a la hora de votar, votan por simpatía, por recompensa o por cuestiones alternativas nada relativas al contenido político de sus programas.

Que en un simulador político las personas no se identifiquen con una ideología virtual y no voten a los candidatos representantes de esa ideología virtual es un despropósito de características bíblicas. Es una falta de respeto a las personas que se movilizan cada día por sacar ideas nuevas. Es ofensivo para quienes movilizan grupos y partidos políticos enteros para movilizar una idea política original y nueva. Es indignante que Dunkelzahn pusiera en movimiento un nuevo sector empresarial (inmobiliaria) y medio POL le ignore. Es aún más indignante que Abascal movilice por primera vez un impuesto progresivo y ningun grupo de ciudadanos destaque la valía ideológica de esa medida. A nadie le importa.

Medio POL vive sin interesarse por las ideas políticas de los candidatos a los que vota. Debe resolverse. Políticos y organizaciones públicas deben movilizarse por hacer que más gente se entere de lo que ocurre. Y quienes se enteran de lo que ocurre deben ponerse las pilas y dejar "el buenismo" y movilizarse políticamente. Por el bien de la actividad política, fuente de toda actividad en POL.

Info Creado hace . Última publicación hace , versión: 20.
Pueden ver: todo el mundo (Internet).
Pueden editar: los ciudadanos: byzantium.